jueves, 8 de septiembre de 2016

Integrando las Tic Coordenadas Geograficas


Integrando las Tic

Área: Ciencia Sociales
Grado: 6to B Segundo ciclo del Nivel Primaria
Tema: Coordenadas Geográficas
Docente: Lic. Neriz  González

Contenido: Los Estudiantes del 6to B aprendieron  sobre las coordenadas geográficas , lactidud, longitudes ,meridianos y paralelos , como ubicar una region  usando Coordenadas, La profesora interactuó con sus estudiante el contenido de los vídeos.












Coordenadas geográficas

Las coordenadas geográficas son un conjunto de líneas imaginarias que permiten ubicar con exactitud un lugar en
 la superficie de la Tierra. Este conjunto de líneas corresponden a los meridianos y paralelos .
Estas líneas o círculos son trazados por los cartógrafos sobre los mapas.
Cualquier punto de nuestro planeta puede ubicarse al conocerse el meridiano de longitud y el paralelo de latitud.
Paralelos y Latitud
Paralelos : corresponden a los círculos imaginarios que se trazan paralelos a la Línea del ecuador y que mantienen siempre la misma distancia con respecto al ecuador y a los demás paralelos, siendo todos los paralelos menores que el ecuador.
La Línea del ecuador se encuentra ubicada a igual distancia de los polos. El ecuador es el Círculo máximo que divide a la Tierra en dos Hemisferios: Hemisferio Norte y Hemisferio Sur.
Los paralelos han sido trazados a intervalos de 10º, tomando como origen el ecuador. Hay 90 paralelos alcanzando los 90º tanto en el Polo Norte como en el Polo Sur, por lo tanto hay 180º.

Latitud : Corresponde a la distancia, medida en grados, que hay entre cualquier paralelo y el ecuador.
La latitud establece las distancias entre los paralelos.
Se miden en grados a partir del círculo del ecuador.
Siempre se mide hacia el Norte o hacia el Sur.
Como hay 90 paralelos en cada hemisferio, norte y sur, la mayor latitud que se puede medir en cada uno es de 90º, ya sea hacia el Sur o hacia el Norte.

Meridianos y Longitud

Meridianos : Corresponden a los círculos máximos que pasan por los polos. Se ha determinado como Meridiano de origen a aquel que pasa por el observatorio Astronómico de Greenwich, en Inglaterra. El Meridiano de Greenwich divide a la Tierra en dos Hemisferios : Hemisferio Oeste u Occidental y Hemisferio Este u Oriental.
A partir del Meridiano 0º, se cuentan 180 meridianos hacia el oeste, los que corresponden al Hemisferio Occidental y 180 meridianos hacia el este, correspondientes al Hemisferio Oriental.
De acuerdo a lo anterior, existen 360 meridianos en total. 
Longitud : Es la distancia en grados, entre cualquier meridiano y el Meridiano de Greenwich, que es un punto universal de referencia. En nuestra esfera terrestre, los meridianos se han trazado a intervalos de 10º.
La longitud se mide exclusivamente hacia el Este o hacia el Oeste.
Como hay 180 meridianos en cada hemisferio, la mayor longitud que se puede medir en cada uno es de 180º, tanto en dirección este como en dirección oeste.

Cualquier punto ubicado en la superficie de nuestro planeta se encuentra ubicado en el cruce de un paralelo (latitud) y un meridiano (longitud). Si se indica la latitud y la longitud de un lugar, se puede obtener su localización exacta.











Natalicio de Gregorio Luperón

 Gregorio Luperón
De orígenes humildes, Gregorio Luperón tuvo que trabajar desde niño para colaborar en la economía familiar. A la edad de catorce años encontró empleo a las órdenes de Pedro Eduardo Dubocq, un comerciante establecido en Puerto Plata a quien algunas fuentes biográficas atribuyen la paternidad del muchacho. Conocía bien la lengua inglesa (su madre era una inmigrante de color de las islas británicas), tenía dotes para la oratoria y en la biblioteca de su patrón pudo iniciar una sólida formación autodidacta
Nació el 8 de septiembre de 1839 en San Felipe de Puerto Plata, República Dominicana, fallece el 20 de mayo de 1897 (57 años) en San Felipe de Puerto Plata.
Patriota dominicano, héroe de la Guerra de Restauración y principal dirigente de los liberales durante la Segunda República. Lograda en 1844 la independencia de Haití, la Primera República Dominicana (1844-1861) hubo de sufrir tanto los reiterados ataques de los haitianos, que amenazaban la soberanía nacional, como las maneras dictatoriales de los presidentes que durante aquellos años se alternaron en el poder: Pedro Santana y Buenaventura Báez. Al final de su último mandato (1858-1861), Pedro Santana decidió anexionar el país a España; su idea era acabar con la permanente amenaza de Haití, pero también perpetuarse en el poder, pues aceptó a cambio el cargo de capitán general de la nueva provincia española de Santo Domingo.
Tal decisión desataría la Guerra de Restauración (1863-1865), que enfrentó a los partidarios de la anexión a España con los independentistas o restauradores (pues su objetivo era restaurar la Primera República). Gregorio Luperón destacó como el más capaz de los generales del bando independentista, a cuya victoria contribuyó decisivamente. Pero tampoco la Restauración traería la estabilidad; los continuos enfrentamientos entre los rojos o conservadores (liderados por Buenaventura Báez) y los azules o liberales (como el propio Luperón, que aspiraba a modernizar y democratizar las instituciones republicanas) siguieron desgarrando y empobreciendo el país en las décadas siguientes.
Comprometido con la causa independentista, una pelea contra partidarios de la anexión española le llevó en 1862 a la cárcel, de donde escapó para buscar refugio primero en Haití y después en los Estados Unidos. En 1863 regresó de forma clandestina a la República Dominicana para participar en varios movimientos de insurrección; las tropas rebeldes le concedieron el grado de general.
El autoproclamado Primer Gobierno Restaurador de Pepillo Salcedo, con sede en Santiago, valoró pronto su patriotismo y su capacidad combativa y le encargó la Jefatura Superior de Operaciones en la provincia de Santo Domingo, con la misión de enfrentarse al ejército anexionista comandado por Pedro Santana. Cumplió con su cometido y consiguió desarrollar una guerra de guerrillas que desgastó severamente las fuerzas militares españolas. Finalmente, España entregó el país a los independentistas el 11 de julio de 1865. Luperón aceptó la vicepresidencia de la Junta Gubernativa de Santiago y, restaurada la República, regresó a Puerto Plata, donde sus paisanos le recibieron como a un auténtico héroe nacional.
Después del triunfo de la Restauración, dos tendencias se diputaron el poder. La primera agrupaba a los comerciantes e importadores, criollos y extranjeros, en connivencia con la vieja guardia de hateros encabezada por Buenaventura Báez, todos ellos procolonialistas. La segunda reunía a los soldados de la Restauración, respaldados por el campesinado joven, los intelectuales y los comerciantes provenientes del Cibao, quienes seguían una línea nacionalista y liberal, orientada por Gregorio Luperón y Ulises Francisco Espaillat, entre otros.
Los primeros conformaron el partido conservador o rojo, y los segundos el liberal o azul, denominados así por el color de la cinta que amarraban a los sombreros para distinguirse en los combates. Pero no debe olvidarse el papel que jugaron numerosos caudillos locales, en su mayoría analfabetos, que con el título de generales se dedicaron a pelear entre sí o contra el gobierno de turno movidos sólo por intereses personales y el afán de enriquecimiento. Fue tal el estado de anarquía y de fragmentación política, que desde 1865 hasta 1899 hubo en el país más de setenta revueltas, alzamientos y asonadas militares que dieron por resultado veinticinco gobiernos de mayor o menor duración.
Desde su ciudad natal, Gregorio Luperón impulsó una severa oposición al régimen de Buenaventura Báez, que en diciembre de 1865 se había hecho de nuevo con el poder, y encabezó el triunvirato (Luperón, Pimentel y García) que en 1866 consiguió derrocar al gobierno y ejercer el poder ejecutivo entre los meses de mayo y agosto de aquel año. Disuelto el nuevo órgano gubernamental en favor de la constitucionalidad, asumió la presidencia el general José María Cabral (1866-1868).
Pero Báez derrocó nuevamente al gobierno de Cabral en 1868, y Luperón se vio obligado a abandonar la República. Durante el llamado gobierno de los Seis Años (1868-1873), Báez negoció la anexión del país a los Estados Unidos; Gregorio Luperón desplegó desde el exterior una intensa campaña de oposición al gobierno e incluso preparó una expedición revolucionaria que no consiguió resolver con éxito. No cejó en su empeño de impedir la anexión a los Estados Unidos y elevó repetidas protestas ante el Senado estadounidense que finalmente evitaron la incorporación de la isla a la superpotencia del norte.